jueves, 1 de diciembre de 2011

Si piensa que las cosas van mal, mire a Egipto y Japon

La crisis de 1929 y la gran depresion condujeron al conflicto mundial comenzado en 1939. Hoy estamos mejor equipados, somos mas sensatos, tenemos mejores instrumentos de gobernanza, y nadie quiere llegar a guerras. Pero todavia no han pasado 10 años desde aquel septiembre de 2008. Por el momento, ya esta claro que el sufrimiento continua y que las ondas de choque estan alcanzando al mismo corazon de la Union Europea. Las deudas de unos y otros hacen que nos tiremos los trastos a la cabeza, y esa solidaridad y ese entendimiento de fondo que existieron durante decadas parecen haber desaparecido – al menos por el momento, porque no hay que pensar lo peor, y otro dia volveremos sobre la Union Europea.

Sin embargo, la preocupacion que quiero destacar ahora es la suma de factores negativos sobre nuestro problema de deuda. En otras entradas del blog ya hemos hablado de la suma de la crisis de deuda y el choque del precio de los recursos, que he llamado hipercrisis. En el caso de que, sin resolver todavia la deuda, las economias del mundo rico comiencen a recuperarse, los recursos y sobre todo el petroleo pueden alcanzar nuevos picos (resinflacion, otro neologismo) y dar al traste con la recuperacion.

Pero ahora quiero señalar otra posible suma negativa. No es agradable traer malas noticias, pero si quiere mirarse al futuro con objetividad, estamos obligados a decir que vemos nubarrones, aunque no nos guste. En seminarios recientes en Madrid he descubierto dos posibles sumas negativas, aunque siguiendo la regla de Chatham House no pueden decirse ni el lugar ni los brillantes academicos que elaboraron la informacion.

Un primer problema que puede añadirse a la crisis es la dificil transicion de algunos paises arabes. Segun I. Bremmer, la transicion ocurre siguiendo una curva en forma de J. Al comienzo, hay cierta estabilidad asegurada por el sistema cerrado de la dictadura, pero a medida que se avanza en la curva se pasa un valle donde existen riesgos de inestabilidad para llegar después a un aumento de la estabilidad y la apertura. Los valles de estas curvas en los paises arabes pueden ser profundos. Afortunadamente, Marruecos parece avanzar ordenadamente en el camino de su transicion. Mas problemas esta experimentando Egipto, que tiene dificultades para definir el papel del ejercito en el nuevo sistema. Hay estudios que apuntan que la inestabilidad ha llevado a una huida del turismo, a una bajada del crecimiento desde un 6% hasta aproximadamente un 1%, y a un paso de la deuda del 80 al 90%. Todo esto es preocupante con una poblacion muy joven, una indefinicion del modelo politico que se quiere, una renta per capita de algo mas de 2000 dolares, y una tasa de alfabetizacion por debajo del 70%. El pueblo egipcio es admirable y tiene una larga historia, por lo que es seguro que culminara con exito la transicion. Ahora bien, durante un tiempo los riesgos son grandes, y podrian incluir acciones internacionales para llamar la atencion, como afectar el Canal de Suez. A pesar de nuestros problemas, hariamos bien en ayudar con todos los medios posibles a las transiciones en los paises arabes.

El otro caso de posible suma negativa es la situacion en Japon. Tras el accidente de Fukushima, lo que ocurre en Japon pasa en gran medida inadvertido para la prensa occidental. Sin embargo, de las 54 plantas nucleares del pais, solo estan funcionando 10 en este momento, debido a trabajos de reparacion y vigilancia en las otras plantas tras el accidente, por lo que la energia nuclear de Japon solo produce hoy un 17% de su capacidad. La fuente de sustitucion que emplean es gas natural importado para producir electricidad, sobre todo para sus industrias. Esto quiere decir que el pais ha pasado el verano sin aire acondicionado y que en muchas partes tienen solo unas horas de energia electrica al dia. Los japoneses son un pueblo heroico y tienen la ventaja de exportar mucho a potencias emergentes, pero, como señalan algunos estudios, la carga de la deuda, que se aproxima al 200% de su PIB, y otros problemas estructurales no auguran una rapida recuperacion.

Estos casos, vistos desde una Europa quejica y gruñona, recuerdan aquel poema de Calderón: Cuentan de un sabio, que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas yerbas que cogía. / ‘Habrá otro’, entre sí decía, / ‘más pobre y triste que yo?’...

Las dos evoluciones aisladas (la democratizacion de los paises arabes, que es positiva en si, y un lamentable terremoto en Japon) tienen indudables consecuencias sobre la estabilidad. Pero, cuando estos hechos se combinan con una crisis global como la presente, podrian tener potenciales impactos muy negativos. La gobernanza global deberia estar atenta a cuestiones de este tipo. Entre otras cosas, el G-20 deberia reforzarse y ocuparse mas de paliar los efectos negativos de problemas que se ven venir. Incluso cuando muchas cosas van mal, o precisamente por ello, hay que saber establecer prioridades.

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