miércoles, 31 de octubre de 2018

Historia cultural de España

El enfoque optimista de España en positivo (título del libro publicado hace unos meses) y la idea de España global (que había propuesto hace tiempo) se han impuesto en el Gobierno y también en algunos intelectuales. Por tanto, es momento de definir nuevos retos, para preparar el terreno a quienes encuentran placer en descubrir lo que ya estaba descubierto.

El más importante desafío tras la crisis catalana será elaborar un relato cultural de la Historia de España. Hay que poner de relieve nuestras aportaciones a la historia global, nuestra cultura plural y mestiza, y la existencia de un espíritu crítico desde el mismo comienzo de la modernidad. Lamentablemente, no hemos sabido hacer un relato convincente de la Historia de España en la etapa democrática. Existe, en cambio, una base histórica muy importante y una etapa reciente de enorme éxito, que permite prolongar la Historia hasta nuestros días. España es hoy una democracia plena y una economía avanzada, un país plenamente integrado en Europa y con relaciones privilegiadas con América. 

Tenemos historiadores muy destacables, como Juan Pablo Fusi, Ricardo García Cárcel o Santos Juliá. Igualmente existen hispanistas excelentes en Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Sin embargo, sus lecturas de la Historia no llegan a nuestros jóvenes ni al público en general porque hemos renunciado a este aspecto esencial de la vida pública. Necesitamos una asignatura común en la educación secundaria en todos los territorios con una visión coherente de la Historia de España. Lamentablemente, nuestros jóvenes son ignorantes en este aspecto, y esto es grave para el futuro de la convivencia y de la democracia.

Como no hemos elaborado una Historia de España, otros la están haciendo. Por un lado, queda un poso nefasto de la historia oficial hecha por el franquismo. Aquella sí era una visión fuerte de la historia, que tiene una sombra demasiado alargada. Por otro lado, los nacionalismos catalán y vasco han construido también lecturas dirigidas de la historia que ensalzan sus territorios y, de paso, falsean la Historia común. Un ejemplo serían las patochadas que se cuentan sobre el origen medieval de las naciones, o las falsas ideas recibidas sobre la presencia de España en América.

Una visión simplista de la Historia de España que está muy extendida se limita a una Edad Media fragmentada, el Siglo de Oro, una colonización de América llena de problemas, un siglo XIX terrible, y un siglo XX de dos bandos, donde cada uno se alinea con una de las partes en liza. Ante esta caricatura, hay que reivindicar una nueva Historia cultural, con una Edad Media llena de interacciones e hibridación , un Renacimiento de gran intensidad, un Siglo de Oro sobresaliente, una presencia en América muy destacable, la Ilustración demasiado olvidada, un siglo XIX nefasto, y un primer tercio del siglo XX en el que España se modernizó a pesar de todos los obstáculos. Aquella etapa es la de García Lorca, Buñuel, Picasso, Gaudí, Falla, Ortega y Gasset, Emilia Pardo Bazán, Ramón y Cajal, o Menéndez Pidal. La Guerra Civil y el franquismo deben ser interpretados como un largo paréntesis que parecía iba a apartarnos de nuestros pares europeos. La etapa democrática, sus éxitos políticos, sociales y económicos, y la integración en la Unión Europea y en la globalización han demostrado ampliamente que España se encuentra en la vanguardia mundial.



A la hora de reescribir nuestra Historia cultural, si debemos reivindicar una etapa, esta es el Renacimiento español (décadas 1490-1550). El énfasis puesto en el extraordinario Siglo de Oro (sobre todo 1560-1660) ha hecho olvidar que España vivió un primer humanismo muy relevante. Fernando de Aragón, que de facto fue el primer Rey de España tras la muerte de Isabel, fue el modelo de príncipe para Maquiavelo. La primera gramática de una lengua romance la elaboró Antonio de Nebrija. Erasmo, Lutero y otras visiones críticas de la religión tuvieron una gran influencia. Las Universidades de Salamanca (en la foto), Alcalá y otras bullían de actividad y muy pronto fueron imitadas en América. Carlos I tuvo que soportar una revuelta de las comunidades donde los ciudadanos reclamaban sus derechos. La misma reacción al encuentro con América y las condenas al trato que los españoles daban a los indígenas, desde Montesinos y Las Casas a Francisco de Vitoria, son fenómenos muy modernos, que llevaron a la adopción de las Leyes Nuevas de 1542. La primera vuelta al mundo que completó Juan Sebastián Elcano en 1522 introdujo una temprana visión global. Esa etapa brillante y desconocida está representada en la imagen, con tres textos fundamentales: las impresionantes Crónicas de Indias que se escribieron, la Tragicomedia de Calixto y Melibea, probablemente la primera obra literaria moderna en Europa, y el teatro de Torres Naharro, quien reflejó un mundo europeo donde España estaba muy presente lleno de intercambios culturales.

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