Ahora bien, de todas las irracionalidades, los cálculos que hacen los independentistas de la situación tras el referéndum y una declaración unilateral de independencia son muy destacables. Por supuesto, dicen que vivirán mejor, y se preguntan cómo se pagarán las pensiones, qué pasará con los funcionarios, con los bienes públicos, y la situación internacional de la nueva entidad. Estas cuestiones son totalmente inútiles porque una hipotética Cataluña independiente tras una declaración unilateral de independencia estaría fuera de la Unión Europea, sería una entidad pobre, aislada, en conflicto con el resto de España, y tendría relaciones muy difíciles con el resto del mundo. Los indepes son muy sectarios, por lo que la población en desacuerdo con la independencia unilateral saldría de Cataluña por cientos de miles, dejando a ese nuevo país en la bancarrota. Esto no es un deseo ni una amenaza sino el escenario más probable, teniendo en cuenta la evolución de los hechos y la Historia.
El Libro Blanco sobre la Transición Nacional publicado en 2014 planteaba dos posibles escenarios tras una independencia: la cooperación con el resto de España y un escenario de no cooperación, afirmando que este último sería muy problemático. Ahora, la aprobación por el Parlament de las lleis de referéndum y de transitorietat seguida de una declaración unilateral de independencia llevarían de cabeza al segundo escenario. Pero, ¿alguien entre los indepes se plantea las dificultades que surgirían de ese aislamiento de Cataluña independiente como paria internacional? La chifladura y la arrogancia de los indepes les hace descartar esta posibilidad, y les lleva a pensar que en ese futuro ideal el resto de España simplemente no cuenta, Europa y el mundo entero les haría la ola, y su nuevo país se tele-transportaría a algún lugar del norte de Europa, donde ellos merecen vivir, y donde ese resto de España tan molesto desaparece.
En 1511 Erasmo de Rotterdam escribió un 'Elogio de la locura' que criticaba los abusos de los clérigos y su desprecio de la razón. Las verdades reveladas eran dogmas y los oráculos de esos dogmas eran algunos iluminados intocables. Erasmo retrató a esos falsos vendedores de verdad y sembró el camino para que el pensamiento libre acabara con ellos. Locura, en su obra, también podía traducirse como estulticia o estupidez. Los chalados y obcecados producen estupor y daños, fracturan la sociedad, pero tal situación de dominio aparente no puede prolongarse por siempre. Los que cultivan el desvarío tienen los días contados porque, afortunadamente, en una sociedad abierta tarde o temprano termina por imponerse la razón.
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