Uno de los aspectos más
terribles del proceso soberanista es la ligereza con la que trata la Constitución.
Por supuesto, ni la autodeterminación ni la secesión son posibles en nuestra Ley
Fundamental. Frente a esta evidencia, los soberanistas simplemente la ponen de
lado, como si no tuviera validez, dando por terminada su vigencia.
Esto refleja una
ignorancia tremenda. Las constituciones de los Estados democráticos son algo
muy serio. Los argumentos que emplean los soberanistas son torpes: la Constitución de 1978 no fue
votada por los más jóvenes – dicen –, fue un pacto tras el franquismo, no
refleja la realidad actual. En Alemania, Estados Unidos o Italia, las
constituciones tampoco permiten la secesión, y a nadie se le ocurre desahuciarlas
con tales argumentos.
Las constituciones democráticas
contienen un acuerdo politico de largo alcance traducido en normas fundamentales de
convivencia. Ignorarlas supone volver a etapas de caos y enfrentamiento. La Constitución
de 1978 ha sido aplicada y desarrollada desde entonces de manera exitosa. Cada elección
europea, nacional, y en los distintos territorios ha sido una aceptación de su validez por todos. Ha permitido la descentralización, el
progreso del Estado y la sociedad, y nuestra integración en Europa y en la globalización.
En los tres países citados
ha habido movimientos independentistas aplacados por sus respectivas
constituciones, y nadie pone en juego la validez de esas normas. En Estados
Unidos, cuando el Presidente Lincoln fue elegido, seis Estados habían declarado
la secesión. En su primer discurso de investidura en 1861, Lincoln dijo: “Plainly
the central idea of secession is the essence of anarchy. A majority held in restraint by constitutional checks and limitations, and
always changing easily with deliberate changes of popular opinions and
sentiments, is the only true sovereign of a free people. Whoever rejects it
does of necessity fly to anarchy or to despotism.” Desde el 4 de julio de 1776 hasta esa
fecha habían transcurrido solo 85 años, y el territorio había cambiado. A pesar de su juventud, Estados Unidos luchó una guerra civil entre 1861 y 1865 para mantener la unidad
del país y evitar la secesión. Recientemente, diversos casos judiciales han
demostrado que la Constitución no permite ejercer ni un referéndum ni la libre determinación
en Estados federados como Alaska, California o Texas. ¿No saben ver los soberanistas ninguna enseñanza en el caso de Estados Unidos?
En enero de 2017 la
Corte Constitucional de Alemania decidió que en el Estado de Baviera no podía realizarse un referéndum de autodeterminación porque la Constitución no lo permite. ¿Es un
problema que la Ley Fundamental de Bonn fuese redactada en 1949? Igualmente en
Italia el Gobierno y el Tribunal Constitucional han dejado claro que la autodeterminación de Veneto no es posible, según la Constitución. Tras ser independiente, Venecia
se unió a Italia en 1866. Existe una importante demanda social en la región de
Veneto. ¿Hace todo esto menos válida la actual Constitución de Italia?
Muy bueno el artículo. Racalco este dato: "Venecia se unió a Italia en 1866. Existe una importante demanda social en la región de Veneto. ¿Hace todo esto menos válida la actual Constitución de Italia?"
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