sábado, 31 de marzo de 2012

Espiritualidad, Cristianismo y Neoligion

Tras la invitacion de buenos amigos, el dia 25 de marzo tuve el honor de pronunciar el pregon de Semana Santa en Jumilla. La preparacion de esta actividad me ha servido para reflexionar de nuevo sobre la religiosidad en el mundo contemporaneo. El laicismo en politica es un avance de nuestras democracias. Ahora bien, esto no quiere decir que la religion deba marginarse porque sigue cumpliendo un papel muy importante para gran parte de la sociedad, y una funcion mas importante todavia en otras latitudes distintas de nuestro Occidente. Muchas veces, los adalides de la modernidad descartan demasiado rapidamente esos sentimientos como algo obsoleto, cuando se trata de una faceta cambiante de la naturaleza humana que, en lugar de desaparecer, se transforma constantemente.

Despues de la guerra fría, el renaciminento de la religión fue anunciado por el pensador frances Gilles Kepel en su libro La revancha de Dios de 1991 (dos años antes del artículo sobre el choque de civilizaciones de Huntignton). Kepel apuntaba que los sentimientos religiosos habian estado reprimidos por el enfrentamiento ideologico, y que era previsible una vuelta de las religiones, como asi ha ocurrido. Frente a la realidad del mundo, negar la importancia de la religion en distintas regiones y en las relaciones internacionales en su conjunto es un absurdo. En el momento presente, las religiones siguen teniendo una presencia activa, y las estadisticas demuestran que el Cristianismo (en sus diversas manifestaciones) es la religion mas numerosa en el planeta, pues uno de cada tres habitantes estan cercanos a esa creencia.

Esta es una buena noticia porque el Cristianismo ha demostrado ser la religion con mas capacidad de adaptacion historica, de manera que se produce un camino de ida y vuelta: una influencia de sus ideas en los acontecimientos, y viceversa, un impacto de la cultura de cada momento en la forma de entender el Cristianismo. La religiosidad de las cruzadas no tiene que ver con la actual, y los movimientos de solidaridad y voluntariado suman una dimension etica a la actividad similar que realizan las personas de vida religiosa.

Volviendo a nuestro pais, gran parte de nuestra literatura y nuestro arte estan ligados a la confesion catolica de la que España se proclamaba garante. ¿Debemos conceder un significado político a esta constatacion historica? ¿Pierden algun mérito los poemas de San Juan de la Cruz o los cuadros de Zurbaran por tratar temas religiosos o estar penetrados de ese fervor? Debido a la influencia del marxismo y al drama de la guerra civil, muchas voces en España han reclamado un olvido de la herencia religiosa. Personalmente, creo que es preciso otro enfoque: una reinvencion de esa tradicion mas que una separacion artificial de la historia. En este sentido, escritores y pensadores como Pio Baroja, Juan Ramon Jimenez o Antonio Machado, sin perjuicio de su filiacion politica, mostraron una espiritualidad interesante. Entre los contemporaneos es mas dificil encontrar actitudes de este tipo, pero voces como Jose Antonio Marina o Gustavo Martin Garzo, cada uno a su forma, son ejemplos estimulantes.

En ese espiritu de reformular la religion sobre la base de lo mas positivo de nuestras tradiciones es donde me encuentro, y en esto base el pregon de Jumilla. En lugar de tirar la religion por la borda, deberiamos saber que la inspiracion materialista y consumista de nuestro modo de vida no es eterna. Al rechazar la religion (y tambien la etica e incluso el derecho), algunos "sacralizan" el sistema economico y lo convierten en su "religion".

Mirando al futuro, pienso que una nueva espiritualidad o religion (veremos que nombres adopta), jugara un papel importante si la especie humana quiere sobrevivir, sobre todo actuando con la etica y el derecho (como ha hecho siempre) a la hora de afrontar retos globales de gran calado. Con el fin de explorar ese nuevo papel, aunque desde un punto de vista meramente literario, escribi el cuento Montevideo 2037, que he publicado en la web de la Universidad Complutense.

La historia se situa en Montevideo tras una gran Conmoción, cuando un grupo de maestros y discípulos se reunen para reconstruir el espíritu dañado de la humanidad. Su trabajo consiste en idear una síntesis entre ciencia, religión y política. Además de las religiones históricas, que son respetadas escrupulosamente, comienzan a elaborar una Neoligión, como una nueva religión global, que debe luego aplicarse tanto a la vida personal como al gobierno del mundo.

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