jueves, 30 de abril de 2020

La nueva normalidad en la Historia


La normalidad ha ido cambiando a lo largo de la Historia con la cultura y la civilización. Son procesos lentos. En un primer momento, todo el mundo cree que la vida que lleva es normal, mientras que cien años después la misma sociedad ya no acepta aquello que era normal y ha surgido una nueva normalidad.

Hasta el siglo XVIII la esclavitud era normal, sobre todo en las colonias. Los movimientos abolicionistas y la Guerra Civil en Estados Unidos hicieron que dejara de ser normal.
La guerra era también algo normal en la vida de la gente, y en Europa todo el mundo esperaba en el curso de su existencia tener que sobrevivir un par de ellas. Desde la Segunda Mundial, la nueva normalidad en nuestro continente es la paz.
Lo normal durante siglos en todo el mundo era tener una visión religiosa de la vida y la muerte. Hoy esto ya no es normal. A cualquier observador del pasado le sorprendería comprobar la ausencia de religión en un momento de pandemia.
El transporte estaba dominado por caballos, mulas, asnos, carruajes, etcétera, hasta bien entrado el siglo XX. Lo normal era ver esos animales llenando las ciudades y carreteras, y ahora han desaparecido.
Volar no era normal hasta los años 1950. Los viajes transatlánticos se hacían en barco y los largos viajes por tierra en tren. Eso no impidió la expansión por todo el mundo a lo largo de siglos.
La discriminación de la mujer era algo normal hasta hace unas décadas, y estaba regulada en las leyes de los diferentes países. Lo normal era que la mujer no pudiera votar ni participar en la mayor parte de la vida pública.

Teniendo en cuenta esos cambios de normalidad asociados a la cultura y la civilización, las disposiciones para una “nueva normalidad” debidas a la pandemia de coronavirus son más bien medidas de emergencia que durarán entre unos meses y un año y medio o dos años como mucho. Evidentemente, las medidas cambiarán las costumbres durante ese tiempo, pero lo más probable es que, después, la vida vuelva a ser similar a como era antes. Es decir, llenaremos cines, teatros, restaurantes y campos de fútbol, y la gente se abrazará en la calle.
En cambio, la verdadera nueva normalidad que irá desarrollándose con el tiempo afectará al modo de vida consumista y acelerado que se había impuesto con la globalización. Casi seguro, poderosas razones, entre las que hay que incluir el deterioro del medio ambiente y el cambio climático, obligarán a la sociedad a aceptar una nueva normalidad en un gran cambio tectónico como los señalados más arriba. Pero eso no se hará solo con unas normas legales, sino que hará falta una transformación profunda de las mentalidades. ¿Es eso posible? Claro que sí. Ya ocurrió al abandonar la esclavitud, la discriminación de la mujer o la guerra en la mayor parte del planeta.

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