El rescate de Grecia supuso 110.000 millones de euros prestados a ese gobierno. Fueron las malas decisiones de las autoridades, que escondieron el volumen de la deuda para seguir pidiendo a los bancos, las que provocaron el agujero. En este caso los gobernantes griegos fueron los culpables ya que, ayudados por los expertos de Goldman Sachs (segun dijo NYT), maquillaban las cuentas. Al final todos pagamos esos desmanes.
Hace unos dias los europeos y el FMI hemos rescatado a Irlanda con 80.000 millones de euros. En el caso irlandes el problema fue mas bien provocado por la burbuja inmobiliaria y los bancos, que generaron un agujero de 50.000 millones. Con dinero facil afluyendo al pais, los bancos dieron y pidieron mas creditos de los que debian. Ahora los ciudadanos irlandeses van a pagar caras esas alegrias de sus bancos.
Lo que mas sorprende en estos dos casos (y en los demas abusos financieros de otros paises) es que no hay responsables. Personalidades publicas y privadas realizaron durante años conductas dudosas, temerarias y dañinas para el conjunto de la comunidad, y luego se van de rositas. Muchos de ellos han amasado enormes patrimonios que ahora disfrutan mientras otros pagan por sus malas actuaciones. Solamente algun individuo aislado sirve de chivo expiatorio, como Jerome Kerviel condenado a pagar al banco Société Générale 4.900 millones de euros por malas practicas. Pero incluso Kerviel debe indemnizar al banco; nadie ha sido multado.
El Estado de Derecho no ha funcionado como es debido en esta crisis. Si existen instrumentos jurídicos para perseguir los abusos financieros que han golpeado a nuestras sociedades, deben aplicarse. Los culpables tienen que ser puestos en evidencia. Si no existen esos instrumentos debemos crearlos para el futuro. De lo contrario, el sentimiento de injusticia que ha despertado la crisis seguira creciendo y al final se desbordara por el lugar mas imprevisto.
El problema, a mi entender, no es que el Estado de derecho no haya funcionado, la responsabilidad es de las autoridades responsables del mismo que no han sabido "filtrar" la importancia de la inconsistencia de un sistema permisivo, entendiendo que los abusos no han sido sólo financieros, que también, sino que son la consecuencia, en parte, de aquellos que no han querido ver el problema, tratando de gobernar y legislar con prospectiva, procurando velar por el interes general y tratando en la medida de lo posible que el desarrollo económico, aún a costa de medidas firmes, coincida con el interes común.
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