
No es ese un buen punto de partida. A pesar de las dificultades que veamos por delante, el futuro hay que afrontarlo con determinacion y valentia. Debemos analizar lo que puede ocurrir, los riesgos y las oportunidades, para saber adaptarnos o, mejor incluso, para poder intervenir sobre el futuro y transformarlo segun nuestros intereses y valores. De sufrir el futuro (cualquiera que nos venga) no hay que pasar a predecirlo (tarea harto dificil) sino a explorarlo para luego conformarlo en la medida de nuestras posibilidades.
Para realizar este ejercicio intelectual, con enorme proyeccion practica, he comenzado a preparar con mi colega Juan Murillo, proveniente del mundo de la ingenieria, un estudio sobre las perspectivas para los proximos años. Evidentemente, hay riesgos por delante. A las antiguas amenazas se han sumado nuevos retos. Incluso, prevemos una zona de peligro antes de 2020. Por consiguiente, seria crucial tomarse en serio esa anticipacion y reaccionar a tiempo. Los estados y las instituciones deben estar preparados para responder a los desafios. Tambien las empresas y los ciudadanos deberan adaptarse. España presenta la dimension idonea y la posicion politica y estrategica adecuada para hacer una contribucion importante al mundo del mañana que se diseña en el horizonte. Mantendremos informados a los lectores de este blog sobre la investigacion en curso.
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