jueves, 4 de agosto de 2011

La inteligencia al poder

En el apasionante debate de Estados Unidos sobre su problema de deuda, todos hablan de subir el techo de endeudamiento, cuando la verdadera cuestion es subir los impuestos. Si el gobierno y el poder legislativo de Estados Unidos fueran capaces de aumentar los impuestos, ese gran pais tendria un futuro mas brillante, su papel global seria mas estable, y la economia mundial respiraria aliviada.

El techo de la deuda publica se ha elevado mucho en Estados Unidos durante los ultimos treinta años. Un breve reportaje de la BBC explica que, bajo el mandato de cada uno de los ultimos presidentes,
ha ido aumentando la capacidad de endeudarse de Estados Unidos: con Reagan hasta 2.8 trillones (americanos), Clinton hasta 6 trillones, Bush hasta 11.3 trillones, y Obama hasta 14.3 trillones. Por tanto, el exceso de deuda no es culpa de republicanos o democratas, sino una tendencia de largo plazo de la que todos son responsables. El deficit fiscal y el deficit comercial de larga data significan que los norteamericanos se han acostumbrado a vivir muy bien, pidiendo dinero prestado y comprando bienes en el extranjero, y ahora deben despertarse y aprender que ese modo de vida ya no es posible.

En una
reciente intervencion de un minuto cinco segundos el Presidente Obama (nuestros politicos deberian tomar nota de la brevedad) ha dicho que la economia americana es fuerte pero su sistema politico no lo es. En otras ocasiones, durante el debate sobre la deuda, Obama ha hablado de “juego peligroso”. Se referia sobre todo a la falta de vision de los republicanos y del Tea Party cuando, con fines electorales, ponen en riesgo las finanzas y la imagen del pais.

La observacion que debe hacerse sobre este drama de la deuda norteamericana es de mas calado. Desde mi punto de vista, el problema no es la falta de vision estrategica de un partido, sino la escasa capacidad de la democracia para tomar las medidas necesarias. El partido democrata, con Obama a la cabeza, ha tenido que aceptar las reducciones de impuestos decididas por George W. Bush y no puede hablar practicamente de reforma fiscal. Sin una subida de impuestos, el aumento del techo de endeudamiento que se ha pactado no supone mas que retardar una crisis fiscal que sigue aguardando en el horizonte.

El que los impuestos en Estados Unidos deben subir y las grandes fortunas deben pagar mas son evidencias en la que estarian de acuerdo la gran mayoria de los expertos. Cualquier estudio serio basado en el analisis y la inteligencia recomendaria lo mismo. Sin embargo, el sistema democratico no deja a la inteligencia un papel relevante. Otro caso es el beneplacito politico hacia el exagerado consumo masivo de recursos fosiles que estamos llevando a cabo en todo el mundo. Las opiniones informadas recomiendan ahorrar energia y un uso racional de esos recursos limitados. Pero la democracia parece incapaz de responder a esas exigencias (y tampoco lo hacen los regimenes menos democraticos).

Nuestros sistemas politicos han ido evolucionando y mejorando con el tiempo. Seria deseable que la democracia fuera corregida en el futuro con una intervencion mas decisiva de la inteligencia, que recomendara por ejemplo aumentos de impuestos, una regulacion mas estricta de los mercados financieros, o la limitacion de la quema de recursos fosiles, si todo eso se ve como necesario. No es facil articular una participacion mas activa del mundo de la inteligencia en la vida publica. Una posibilidad seria crear una tercera camara junto al poder legislativo bicameral, con capacidad para presentar estudios claros sobre cuestiones fundamentales, a los que tuvieran que hacer frente los legisladores. Sea cual sea el metodo, en un mundo complejo y sometido a graves riesgos, debemos reclamar mas inteligencia en el poder.

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