jueves, 25 de abril de 2013

Política exterior más fuerte

El Real Instituto Elcano acaba de publicar un documento de trabajo titulado Por una política exterior española más asertiva y global, donde sugiero que la presencia de España en el mundo debe ser más decidida. Para elaborar esa política, es preciso en primer lugar analizar de manera objetiva que está ocurriendo en el mundo y las tendencias de futuro. A veces no reconocemos que vamos hacia un mundo incierto y peligroso, y que los grandes estados han tomado las riendas de los asuntos globales. Teniendo en cuenta estas premisas, España debería prepararse para jugar un papel más relevante a la hora de defender sus intereses y participar en la gobernanza global.

Por supuesto, debemos seguir participando en la Unión Europea, Naciones Unidas, la OTAN y otras instituciones internacionales de manera activa. Pero al mismo tiempo debemos definir una política estatal que incluya posiciones españolas no solo relativa a los asuntos que nos afectan más directamente sino también con respecto a las grandes cuestiones globales. El mantenimiento de la paz, la distribución y el agotamiento de los recursos naturales, el futuro de Europa, la lucha contra los tráficos ilícitos son solo algunos ejemplos de grandes temas sobre los que deberíamos tener posiciones claras. Para ello, es preciso cultivar más nuestra capacidad de análisis y prospectiva, como ya se ha apuntado en otros comentarios de este blog.

El Gobierno está elaborando actualmente un proyecto de Ley de Acción Exterior y del Servicio Exterior. Este ejercicio será una buena oportunidad para repensar la política exterior española a largo plazo, tema que el Real Instituto Elcano ha establecido como una importante línea de trabajo. España debe tomar nota de lo que está ocurriendo en el plano global y en el plano europeo, para responder de manera flexible y dinámica a las nuevas realidades. Es cierto que la crisis por la que atravesamos no es buen momento para emprender gastos públicos. Sin embargo, en gran medida, la solución de nuestros problemas debe venir del exterior: por ejemplo, a través del aumento de las exportaciones y del turismo, de nuevas inversiones, y de la recuperación de la confianza en nuestro país tanto por parte de los socios europeos como de países emergentes. Por tanto, invertir en la proyección exterior de España puede ser una buena forma de ayudar a superar la crisis.

En fin, la contribución de España a la resolución de los problemas globales es otra tarea de largo plazo, ya que nuestra historia y experiencia nos permiten aportar visiones equilibradas de las cuestiones internacionales. España está bien emplazada para participar en la gobernanza global, y ese tipo de gobernanza es absolutamente necesaria para resolver grandes desafíos que afectan a todos. Del mismo modo que Ortega y Gasset decía “España es el problema, y Europa la solución”, ahora podríamos resumir la situación de cara al futuro diciendo: “el mundo es el problema, porque los retos más importantes se plantean en el plano global, y España debe formar parte de la solución”.