lunes, 29 de octubre de 2012

Gracias, Amancio

Amancio Ortega acaba de donar 20 millones de euros a Cáritas. Este gesto es digno de elogio y de aplauso, y se añade a otros actos filantrópicos que venía realizando anteriormente. Para Cáritas es un regalo, ya que esta organización católica debe atender a un número creciente de personas necesitadas. Con mucho tacto, los responsables de Cáritas lo han agradecido y han dicho que “todas las aportaciones son valiosas”, recordando que dos tercios de sus 250 millones de presupuesto anual vienen de pequeñas contribuciones.

Sin embargo, la envidia todo lo tiñe, y ha habido curiosos que han hecho numeros para comparar la fortuna de Amancio Ortega con esta donacion. Teniendo en cuenta que es el tercer hombre mas rico del mundo, segun Forbes, con un patrimonio de unos 37.000 millones de dolares, dicen que su donacion equivale a un 0,05% de esa cantidad.

Precisamente, este es un dato interesante. No todo el mundo hace donaciones tan elevadas. Una persona con un patrimonio de 200.000 euros deberia dar 100 euros para guardar la misma proporcion. Hay que recordar, ademas, que la Fundacion de Ortega ha empleado otros 46 millones para proyectos sociales este año.

Amancio Ortega es un empresario hecho a si mismo, y por esto ya debe ser objeto de admiracion. De la nada (dejo la escuela a los 13 años y abrio su primera tienda Zara en 1975) ha pasado a ser no solo uno de los mas adinerados del mundo sino tambien un generador de riqueza y de prestigio para España. Deberiamos estar orgullosos de su ejecutoria y considerarlo un ejemplo.

En cuanto a la solidaridad, tambien. Como he escrito en diversas ocasiones y explico a mis estudiantes, no podemos culpar a los gobiernos de ayuda escasa en la lucha contra la miseria cuando nosotros no hacemos aportaciones personales. Lo mismo ocurre con el deterioro del medio ambiente: criticamos a los otros, cuando es nuestro modo de vida el que lo provoca.

En lugar de criticar, deberiamos aprender a reconocer sin problemas el talento y el ejemplo de figuras morales como Amancio Ortega. Sobre todo en una epoca en la que no abundan los lideres ni las referencias para manejarnos en lo incierto.